No estás fracasando si estás aprendiendo de fracasos. Si estás aprendiendo del fracaso, no estás fracasando. Escucha bien claro.
Es cuando fracasas, cuando no hay aprendizaje. Cuando no reflexionas, es cuando no aprendiste nada y te quedaste en el fracaso. No estás fracasando si estás aprendiendo el fracaso. ¿Lo crees? Déjame saber. Aquí abajo. Uno, dos. No estás fracasando si no has cuidado.
Si no te has bajado, no estás fracasando. Mientras no te relajes, no es fracaso. El momento que te rajes de tus sueños de ir por lo que tú quieres, el momento que digas ya estuvo. Entonces le puedes llamar fracaso. Yo no lo puedo llamar fracaso. Ok. Si no has, no te has mojado. Entonces analízalo. Reflexiona tantito y déjame los comentarios aquí abajo.
No estás fracasando. En mi opinión, no estás fracasando. Si eres paciente intensivo, si entiendes que tienes que ser paciente poniendo la acción constante a eso. Me refiero. Ser paciente intensivo. Y eso aunque no reveló evidencia inmediata de resultado. La persona que entiende ser paciente, paciente, intensivo, hace historia. Tarde o temprano esa persona tiene la oportunidad de hacer historia.
Sin embargo, muchas de las veces entra el desánimo por el hecho de que no vemos gratificación instantánea o gratificación inmediata. Ok, entonces no, eso no está fracasando. Si entendemos que literalmente la recompensa de todo lo que vayas a hacer está y se encuentra en el proceso, no estás fracasando si logras captar de que literalmente la recompensa es el proceso.
¿Si logras entender eso, entonces qué crees? Todo lo que vale grandiosamente la pena construir no se construye en 24 horas. ¿Ok? Por eso es importante entender. Está bien que pases por retos. Está bien que pases por circunstancias que te permiten verlos, a lo mejor como montañas desafiantes y demás. Eso es parte del proceso. Gózalo, vívelo, entiéndelo para que puedas disfrutarlo.